A partir del año 2012 comenzaron a caer nuestras exportaciones, es así como el año pasado las exportaciones apenas fueron 58 mil millones de dólares, cuando en 2011 habían sido 83 mil millones. Sucesivos años de reducción en nuestras exportaciones ponen en evidencia una crisis de nuestro sistema productivo; si se observa la participación del PBI de nuestro país en el PBI mundial surgen evidencias que nos obligan a reflexionar sobre la orientación de nuestra política económica en las últimas décadas. La participación de nuestro PBI en el PBI mundial es hoy apenas la mitad de la participación que teníamos hacia 1980. Como se observa se trata de un retroceso notable, asociado con el hecho de que nuestra balanza de pagos internacional siempre jugó un negativo papel en las repetidas caídas de la actividad económica y del empleo, debido a las recordadas «escasez de divisas».
Hace tiempo que tenemos problemas en expandir nuestro PBI, condición para poder mejorar el nivel de vida de la población. Recordemos que hemos tenido repetidas recesiones en los últimos años (2009, 2012, 2014 y 2016). Hemos retrocedido y por eso se agudizaron los problemas de pobreza e indigencia; el PBI por habitante del año pasado fue un 5 por ciento inferior al del año 2011. Este retroceso es el más acentuado en América Latina (con excepción de Venezuela). El retroceso de nuestro PBI se esta agravando aún más este año, ya que en los últimos meses se están registrando importantes reducciones en el nivel de la actividad económica.
Incidió en nuestro retroceso económico el hecho que en los últimos 20 años nuestras exportaciones han crecido menos que las del resto de los países latinoamericanos, por ejemplo las del Uruguay han crecido el doble que las nuestras. También crecieron más las exportaciones en países latinoamericanos como Colombia, Brasil, Perú, México, Ecuador, Bolivia, Costa Rica, Paraguay y Chile. Nuestro retroceso exportador se acentuó en los últimos años, baste decir que nuestras exportaciones fueron en el 2017 un 30 por ciento inferiores a las de 2011.
No hay crecimiento económico sin aumento en las exportaciones, por eso es importante remover los obstáculos existentes a su expansión, y establecer un sistema tributario que no las penalice, como hemos hecho en el pasado con nuestros derechos de exportación, que nos convirtió en el único país de América Latina que utilizara de manera generalizada este instrumento tributario muy eficaz en abatir las exportaciones. Ahora hemos vuelto a aplicar retenciones a las exportaciones, justificando esta decisión en el principio del «mal menor», ya que el equilibrio fiscal apuntando a la reducción del déficit se ha convertido en una importante meta de la política económica.
Es hora de desarrollar nuestros recursos naturales aún inexplotados como la minería. No se trata de prohibirla sino de reglamentarla para preservar el medio ambiente. Tengamos presente que compartimos la Cordillera de los Andes con Chile, nosotros tenemos 2/3 y ellos apenas 1/3, sin embargo ellos exportan alrededor de 30.000 millones de dólares anuales de productos mineros, casi 30 veces más que nosotros.
En esta era de la globalización el gran motor que impulsa el crecimiento de la actividad productiva y, por ende del empleo y del nivel de vida de la población, son las exportaciones. Las experiencias universales son muy notorias, siempre crecen más y generan más empleo los países capaces de aumentar sus exportaciones. Hay que expandir nuestras exportaciones y apuntar a Asia, donde se ubican las naciones que mas están creciendo en el mundo desde hace ya varias décadas; los antiguos países desarrollados vienen apenas creciendo la tercera parte de lo que crecen en Asia las grandes naciones en desarrollo, por esta razón nada menos que la mitad del crecimiento del PBI mundial corresponderá a estas naciones, lideradas por China e India.
Es un hecho positivo que, durante los primeros 9 meses de este año las exportaciones totales han vuelto a crecer, a pesar de la caída en las exportaciones de productos agrícolas, que por la ultima sequía, registran una reducción del 12 por ciento. El crecimiento de las manufacturas industriales (11 por ciento), más el importante aumento en las exportaciones energéticas (92%), han vuelto a hacer crecer este año las exportaciones totales.
Superar de manera permanente la actual etapa recesiva de nuestra producción y empleo requerirá la sostenida expansión de nuestras exportaciones.
Fuente: ambito.com
Escrito por ALIETO ALDO GUADAGNI, ECONOMISTA